Entre el dicho y el hecho.
Los acuerdos de la clase política nacional que ahora se conocen, refrendan la opinión generalizada de que algo muy sucio hay siempre detrás de los actos de los que encabezan los organismos políticos, sin importarles su imagen cada vez más carente de credibilidad.
El caso del PRI que vocifera y se desgarra las vestiduras frente a las alianzas “antinaturales” de los otros partidos que pretenden detener la llegada del gran dinosaurio a los Pinos, pero pactan en secreto con los que a decir de su presidenta, representa lo peor de la derecha y el conservadurismo, el PAN.
El PAN de Nava y el PRI de Paredes acuerdan blindar a mister copetone, dando señales de un retorno priista plenamente conciliado entre los azules y los rojos, incluso en medio de los avatares de las elecciones que se van a dar en varias entidades, Ver para creer.
Los tiempos electorales de este año avanzan inexorablemente, desnudando las singulares cicatrices del decadente sistema político mexicano: La anquilosada visión y acción del partido octogenerario que no cambia aunque lo jure, sino que en su lugar, profundiza sus viejas y reconocidas prácticas de populismo, corrupción y clientelismo. Desde el parto azul con botas, no se acaba de entender el ejercicio de poder, en un gobierno que colapsa y mal lleva al país por los sinuosos caminos de una crisis que lastima profundamente a las mayorías de la sociedad. Y al final, nada mas patético que los que se dicen las fuerzas de izquierda, que a golpes de sus actos, evidencian el largo trecho que existe entre el dicho y el hecho, mostrando nuestra incapacidad para conformar una fuerza partidaria que honre la construcción ideológica de izquierda, tan necesaria en medio de la podredumbre partidocrática que nos conduce camino al vacío.
En todas partes se cuecen habas, pero quiero hablar de mi origen, de Veracruz, sin escudarme en el consuelo de tontos, de que lo que sucede en Veracruz, sucede en muchas partes. Me quiero referir a pequeñas perlas políticas locales, por ejemplo: el mejor secretario de gobierno de la historia declara ante un día extraordinario en manifestaciones y caos vehicular en la capital, con singular y doctoral elocuencia, diagnostica que estos aquelarres sociales son producto de la enfermedad de la temporada, la electoral. Y como las cosas van bien y viene lo mejor, las muestras de inconformidad solo son dirigidas a las ineficientes dependencias federales, las cuales en el pecado llevan la penitencia, ya que al querer utilizar los programas sociales con fines electorales, están tan solo despertando al indomable pueblo veracruzano.
Pero que decir del de los gritos destemplados que lo calificó como el mejor secretario de gobierno, quien en alarido tendido señala y denosta a quienes utilizan o quieran utilizar recursos públicos para condicionar votos. Esta estampa pareciera la representación de fuenteovejuna, gritando ¡al ladrón! enmedio del caos y el dispendio de recursos gubernamentales. Aún no empiezan las campañas y el señor tiene dos años gastando recursos en su promoción personal.
Y el ofendido señor Buganza, que ante el registro del candidato de “unidad” de su ahora ex -partido el PAN decide plantarse dignamente y salir a criticar la nominación de un ex priista que hasta hace poco, al menos públicamente, no había discutido. Primero dijo que se retiraría a sus actividades empresariales, pero ahora le surge la idea de formar un partido ciudadano, (que será eso??). Mientras tanto, el blue demon se unge con la bendición panal—no papal—, en un ensueño feliz por la gubernatura, sacando la cara por la familia, ya que de 3 políticos posibles, al menos salió uno.
Esta serie escabrosa de terror político nacional y local, nos ofrecerá sin duda muchas más oportunidades de sorprendernos con la cínica serie de expresiones que garantizan su continuidad, al recargarse en la pasividad de una sociedad que solo alcanza a escucharlas en la lejanía de su indiferencia.
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De la Bitácora de la Tía Queta
¿Día de la mujer? Podemos festejar que en México 7 de cada 10 mujeres padecen algún tipo de violencia?
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