El PRI de los muertos vivos.
Martín Quitano Martínez
mquitanom@hotmail.com
Lejos de cualquier visión de Estado, de asumir su papel legislativo para beneficiar por lo menos a sus electores, el PRI y el PAN han hecho una alianza de facto, coyuntural, mezquina y cortoplacista, para acordar un paquete económico que no modifica los añejos y dañinos vicios recaudatorios, sino que se enfoca a sangrar más a los de siempre.
Muchos sentidos discursos reconociendo dicen, el difícil momento histórico que vivimos, marcado entre otras cosas, por una crisis financiera profunda, que requiere de grandes acuerdos para consolidar una estrategia de largo plazo, donde la redistribución del ingreso debe ser un eje rector.
Salvo la derecha del ejecutivo en el poder, que por fuerza debe proponer, no existen propuestas alternas de reingeniería hacendaria integral. Los legisladores de las tres fuerzas principales, se han dedicado a avalar, criticar o parchar una sola propuesta, haciendo un papel público verdaderamente lamentable.
La bancada priista que juega el fiel de la balanza en las votaciones legislativas , no escatima en presentarse, camaleónicamente, como paladines de la justicia y protectores sociales, argumentando que ninguna de sus acciones está atravesada por intereses que no sean los que refieren a la nación.
La simulación, el acabado discurso que alaba su toma de decisiones, solo trata de desviar la atención del motivo central de los votos en un sentido o en otro, o incluso en ambos, y que no es otro que los tiempos electorales por venir. Ofende por obvia, la actitud fingida de próceres de la patria que nadie cree.
Se nos repite en los medios, que la fiel y poderosa representación veracruzana de legisladores, juega un papel protagónico en las discusiones que perfilarán el rumbo de las decisiones centrales presentes y por venir; es así que el diputado más importante y paseado de Veracruz, aparece día a día en cualquier imagen, unas veces blandiendo la espada del compromiso irrestricto con sus paisanos, y dando la cara por los mas altos intereses nacionales, y otras veces tratando de explicar porqué no sucedió lo que había vaticinado la semana pasada.
Lo que debiera ser el debate de la nación, ahora se ha convertido en la pugna por posicionarse mejor rumbo al 2012; todo se juega en función de los tiempos electorales. Además, para este Veracruz del 2010, se alimenta el imaginario machacón de vender al candidato triunfalista que se ha decidido imponer al priismo; nada de lo que actualmente pasa por nuestra entidad está ajeno a la promoción del candidato del “señor”, el joven y capacitadísimo precandidato que orienta y alterna con la presidenta nacional de su partido, que auxilia y aconseja a su coordinador nacional, que acompaña y defiende a su gobernador, que se redime en la lucha política a favor de su pueblo, nada hay que escape a su acción, a su voluntad férrea por servir.
El escenario se está armando, y las voces disidentes dentro de la estructura priista están siendo sometidas a fuerza por la decisión del gobernante, a través de encuestas y portadas periodísticas.
El inmaculado trabajo de la mayoría priista a veces opacado por algunos indisciplinados que votan distinto, presagia el retorno de autoritarismo dizque modernizado, del viejo estilo de gobernar que en muchas entidades nunca se fue—como en Veracruz—, con un acabado esquema de simulación, engaño y corrupción como normalidad sistémica; el retorno del dinosaurio que se discute y protege desde los pactos centrales que poco o nada tienen que ver con enfrentar los reales problemas nacionales.
En temporada de muertos y el acompañamiento de las tradiciones, la sociedad padecerá la dura realidad de tener poco que ofrecer para recibir a los habitantes del Mictlán que vienen y ya casi tocan a la puerta.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
El PRD en su laberinto electoral, confundido y peor aun en Veracruz, con la mano gubernamental que mece la cuna
Martín Quitano Martínez
mquitanom@hotmail.com
Lejos de cualquier visión de Estado, de asumir su papel legislativo para beneficiar por lo menos a sus electores, el PRI y el PAN han hecho una alianza de facto, coyuntural, mezquina y cortoplacista, para acordar un paquete económico que no modifica los añejos y dañinos vicios recaudatorios, sino que se enfoca a sangrar más a los de siempre.
Muchos sentidos discursos reconociendo dicen, el difícil momento histórico que vivimos, marcado entre otras cosas, por una crisis financiera profunda, que requiere de grandes acuerdos para consolidar una estrategia de largo plazo, donde la redistribución del ingreso debe ser un eje rector.
Salvo la derecha del ejecutivo en el poder, que por fuerza debe proponer, no existen propuestas alternas de reingeniería hacendaria integral. Los legisladores de las tres fuerzas principales, se han dedicado a avalar, criticar o parchar una sola propuesta, haciendo un papel público verdaderamente lamentable.
La bancada priista que juega el fiel de la balanza en las votaciones legislativas , no escatima en presentarse, camaleónicamente, como paladines de la justicia y protectores sociales, argumentando que ninguna de sus acciones está atravesada por intereses que no sean los que refieren a la nación.
La simulación, el acabado discurso que alaba su toma de decisiones, solo trata de desviar la atención del motivo central de los votos en un sentido o en otro, o incluso en ambos, y que no es otro que los tiempos electorales por venir. Ofende por obvia, la actitud fingida de próceres de la patria que nadie cree.
Se nos repite en los medios, que la fiel y poderosa representación veracruzana de legisladores, juega un papel protagónico en las discusiones que perfilarán el rumbo de las decisiones centrales presentes y por venir; es así que el diputado más importante y paseado de Veracruz, aparece día a día en cualquier imagen, unas veces blandiendo la espada del compromiso irrestricto con sus paisanos, y dando la cara por los mas altos intereses nacionales, y otras veces tratando de explicar porqué no sucedió lo que había vaticinado la semana pasada.
Lo que debiera ser el debate de la nación, ahora se ha convertido en la pugna por posicionarse mejor rumbo al 2012; todo se juega en función de los tiempos electorales. Además, para este Veracruz del 2010, se alimenta el imaginario machacón de vender al candidato triunfalista que se ha decidido imponer al priismo; nada de lo que actualmente pasa por nuestra entidad está ajeno a la promoción del candidato del “señor”, el joven y capacitadísimo precandidato que orienta y alterna con la presidenta nacional de su partido, que auxilia y aconseja a su coordinador nacional, que acompaña y defiende a su gobernador, que se redime en la lucha política a favor de su pueblo, nada hay que escape a su acción, a su voluntad férrea por servir.
El escenario se está armando, y las voces disidentes dentro de la estructura priista están siendo sometidas a fuerza por la decisión del gobernante, a través de encuestas y portadas periodísticas.
El inmaculado trabajo de la mayoría priista a veces opacado por algunos indisciplinados que votan distinto, presagia el retorno de autoritarismo dizque modernizado, del viejo estilo de gobernar que en muchas entidades nunca se fue—como en Veracruz—, con un acabado esquema de simulación, engaño y corrupción como normalidad sistémica; el retorno del dinosaurio que se discute y protege desde los pactos centrales que poco o nada tienen que ver con enfrentar los reales problemas nacionales.
En temporada de muertos y el acompañamiento de las tradiciones, la sociedad padecerá la dura realidad de tener poco que ofrecer para recibir a los habitantes del Mictlán que vienen y ya casi tocan a la puerta.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
El PRD en su laberinto electoral, confundido y peor aun en Veracruz, con la mano gubernamental que mece la cuna
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