Los mexicanos estamos seriamente enojados con la empresa Televisa y con el mal llamado "Teacher", Joaquín López Dóriga.
Su postura de gusano, es demasiado visible, tratando de defender lo indefendible: las acciones del Gobierno Federal y de sus funcionarios, principalmente Agustín Cartens.
Lo peor de todo, es que fuera de cámaras y en posturas extra-cabina, López Dóriga se da baños de pureza y se autonombra con un periodista recto, íntegro, libre, y sobre todo, comprometido con la verdad.
Esa dualidad enoja a quienes encendemos nuestro aparato televisor y vemos y escuchamos puras mentiras, vendiéndonos que el Gobierno Federal hace lo que puede, para resolver la crisis mundial y que México, con su Gobierno, no tiene mucho porqué preocuparse, porque para eso, están estps ilustres funcionarios que ponen toda su sapiencia y experiencia, al servicio de sus compatriotas.
Televisa está más que vendida con el Gobierno Federal, y por ende, con Felipe Calderón.
Nadie niega que la empresa, precisamente como eso, tenga sus espacios en venta, pero en 2009, Televisa demuestra que las conciencias también tienen precio.
Por ese lado, TV Azteca ya le ganó y Javier Alatorre le demostró al "teacher", que se puede hacer un periodismo muchísimo más claro.
Lo malo es que aún son muchos los mexicanos que creen en "lo que sale en la tele", y entonces dan como un hecho, la malinformación de Televisa respecto a la realidad de nuestro país, y sobre todo, a las pésimas medidas aplicadas tanto en materia de seguridad como en economía, por parte de Felipe Calderón.
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